¿Qué es Lucky Love?

Lucky Love es un Fan Fiction hecho por Daniel Santos Delgado, basado en la exitosa serie japonesa Lucky Star. En Lucky hay contenido Yuri, de modo que a quienes no les gustan ese tipo de contenido, que abandonen esta página de inmediato. ¡Que lo disfruten!

Capítulo 21: Respuesta al silencio

Un cuarto de hora había pasado desde que Kagami y Ayano y Misao se separaron. Cuando Ayano, Misao, Patricia e Hiyori volvieron hacia el hotel, llamaron a las demás chicas (menos a Kagami, a saber qué estaría haciendo) para ir a comer en el restaurante habitual cercano.

Ya las chicas estaban en el restaurante. Estaban esperando a que Kagami llegue para luego comer todas juntas.

“Cuánto tarda Kagami, ¿no?” Konata dijo, algo preocupada.
“Ya le mandé un mensaje y me respondió que llegará aquí pronto; está llegando, de hecho -al menos es lo que me dijo.” Tsukasa informó.
“¡Eh, mirad; aquí viene!” Misao vio a Kagami en la puerta principal. Ésta venía corriendo hacia una silla de la mesa donde estaban las chicas.
“Perdonad por la tardanza...” Kagami se disculpó, jadeando “Me eché una carrera en cuanto me llamasteis.”
“Je... A saber qué estarías haciendo, Kagami-sama...” Konata dijo.
“¡A callar! ¡No me pongas nerviosa!” Kagami replicó.
“¿Y esa bolsa, Onee-chan?” Tsukasa preguntó “¿Qué compraste?”.

Sí. Kagami llevaba una bolsa de tamaño pequeño con una especie de marca o logotipo inscrita en la bolsa. Parecía que haya ido a una tienda a comprar algo... y fue cierto. Kagami se puso colorada.

“Eeehhh... Una cosa... para mí. No quiero entrar en detalles...” Kagami respondió, aunque titubeando.
“Con ese tono de voz...” Konata opinó “¡¡¡Le vas a regalar algo a alguien!!!
“¡¡A callar, leñe!!” Kagami gritó, un tanto asustada.
“Bueno, bueno; tengamos esta comida en paz, por favor...” Miyuki pidió.



Habían pasado unas 4 horas. Las chicas estaban en sus respectivas habitaciones en el hotel.

Nos centramos en la habitación de Tsukasa y Miyuki. Tsukasa había ido a la habitación de Kagami y Konata para pasar el rato; eso le dio a Miyuki una oportunidad para poder llamar a su madre a solas.

Miyuki cogió su teléfono móvil, apuntó el número de su casa y esperó a que su madre le cogiera el teléfono. Pasaron unos diez segundos:

“¿Diga?” La voz de su madre respondió.
“¿Mamá?” Contestó Miyuki “Soy yo, Miyuki.”
“¡Hola, hija! ¿Qué tal va todo por ahí?”

Esa pregunta hizo dudar a Miyuki unos segundos. Pensaba en decirle lo de la novedad entre ella y Tsukasa, pero no quiso preocupar a su madre.

“Pues sin novedades.” Miyuki respondió tranquilamente, para no levantar sospechas “Sólo te llamaba para hacerte una pregunta, por curiosidad.”
“¿Ah, sí?” Contestó su madre “¿Y cuál es?”
“¿Cómo te declaraste con papá?”
“Ay, hija mía... No me fui a declararle, sino él a mí.”
“Ah... Bueno, ¿y cómo fue?”
“Fue uno de los días más bonitos de mi vida. Éramos amistades íntimas hasta aquél entonces.” Narró la madre de Miyuki “Fue una noche preciosa y despejada... Él me invitó a su casa -no estaban sus padres- y yo acepté, y luego charlábamos un poco en tertulia, cenábamos... Nos fuimos a la terraza mucho después, y mirábamos el cielo estrellado... Y él me cogió de las manos y se me declaró su amor por mí...”
“Vaya... Qué historia...” Respondió Miyuki, un tanto sorprendida porque la historia fue un tanto típica.
“¿Y a qué viene ese interés, hija?”
“Por nada en especial, mamá.” Miyuki escuchaba pasos aproximándose y pensó que eran los de Tsukasa, que iba a entrar a la habitación “Bueno, te dejo, ¿vale? ¡Hasta luego!”
“Vale, hija; ¡cuídate!”

Miyuki apretó el botón de “colgar teléfono” de su móvil a tiempo, lo justo como para que una chica entrase en la habitación. Era Tsukasa.

“¡Hola, Yuki-chan!” Tsukasa saludó.
“Hola, Tsukasa-san.” Miyuki respondió con la mayor normalidad posible, para no levantar sospechas con Tsukasa por la llamada. “¿Qué se cuentan Kagami-san y Konata-san?”
“Pues que Konata intenta quitarle el ‘regalo’ a Kagami persiguiéndola por toda la habitación...
“Espera... ¿Cómo que ‘por toda la habitación’?”



“¿Cuál es el regalo, Kagami-sama??” Konata insistió mientras persiguía a Kagami -quien llevaba la bolsa- por toda la habitación, aunque intencionalmente de broma... se supone.
“¡Ya te lo he dicho: ¡no te lo voy a decir!!” Kagami respondió mientras improvisó su ruta de ‘huida sin salida’ por la habitación.
“¿Entonces a quién se lo vas a dar, Kagamin?”
“¡Que no te lo voy a decir, joder!”
“¡Vengaaaaa...!”
“¡¡BASTA YA!!” Kagami se detuvo e hizo un acto reflejo del que se podría arrepentir durante meses o años.

Le dio una fuerte bofetada a Konata. Al dársela, Kagami sentía que la acción se estaba desarrollando a cámara lenta (a lo ‘Matrix’) y sin sonido. Debido al impacto de la bofetada, Konata hizo un giro de 180 grados y se cayó al suelo boca abajo, como si se resbalara con una piel de plátano en el suelo.

A partir de ahí, la acción dejó de desarrollarse en cámara lenta. Kagami miró a Konata tirada en el suelo. Estaba paralizada por la bofetada del que no sabía que era capaz de dar a Konata.

¡¡Konata!!” Kagami pronto reaccionó, aunque lo único que hizo fue llevarse las manos (con la bolsa) a la boca, sin más “¡Perdona, no sabía que...!” Kagami no era capaz de decir otra palabra como gesto de perdón.

Acto seguido, Konata se levantó lentamente y se detuvo cuando estaba de rodillas (cabe destacar que Konata estaba de espaldas hacia Kagami).

“Ah... Estás bien, ¿no?” Kagami preguntó “No me lo perdonaría si supiese que te hayas roto algo...”

Konata seguía parada, de rodillas y no respondía por ninguna reacción en absoluto como respuesta a Kagami.

“¿Ko... Konata?” Kagami empezaba a sentirse asustada.

De pronto, la cara de Konata se giró lentamente hacia donde estaba Kagami...

...la cara de Konata estaba cubierta de lágrimas. Estaba llorando en silencio. Y enseñaba su boca abierta con los dientes cerrados y apretados. A primera vista podríamos decir que estaba triste y furiosa a la vez.

“Konata... Yo...” Kagami intentó hablar...

...pero justo entonces Konata se levantó rápidamente y echó a correr hacia la puerta principal de la habitación. El sonido de los pasos de Konata se iba alejando poco a poco...

...y Kagami no hacía más que quedarse parada y arrepentirse.



“Creo que ésta va a ser una de las citas más predecibles que he visto.” Misao opinó mientras se estaba echándose colonia por el pelo.
“¿Lo dices porque nos estábamos preparando en la misma habitación?” Ayano respondió, en la puerta de la habitación; ya preparada.
“¡Sí, precisamente!” Misao guardó su bote de colonia su bolso del baño y salió del cuarto de baño para reunirse con Ayano “¿Nos vamos?”
“Claro, Misao-san.”

Ayano y Misao salieron de su habitación, la cerraron con su llave, se aproximaron a la de Kagami y Konata; Ayano dio unos golpecitos en la puerta como permiso para poder pasar... aunque no recibieron respuesta alguna.

“¿Kagami? ¿Konata? ¿Estáis ahí?” Ayano llamó, pero sigue sin respuesta. Abrió la puerta lentamente.
“Qué raro, está cerrada sin llave...” Misao dijo.

En cuanto la pareja abrió la puerta, pudieron ver desde ahí a Kagami cubriéndose la cara, y en el mismo lugar que ella estaba había señales de gotas de humedad.

“¿Está llorando?” Misao susurró, preocupada.
“Eh, Kagami-san... ¿Ocurre algo?” Ayano se acercaba a Kagami con cuidado.
“No... Acercarse...” Kagami dijo sin levantar la cabeza “Por favor...”
Ayano se detuvo “Este... Vale.”
“Qué queréis...” Kagami preguntó.
“Veníamos a avisarte de que Misao y yo vamos a salir, para que luego no encuentres nuestra habitación vacía y todo eso...” Ayano dijo.
“De acuerdo...” Kagami respondió.
“¿Y Konata?” Misao preguntó.
Marcharos...” Kagami evadió la pregunta.

Ayano y Misao salieron lentamente de la habitación de Kagami y Konata (que no estaba, por cierto) y cerraron la puerta de dicha habitación. Bajaron a la entrada del hotel -no sin antes dejar la llave en recepción, claro- y salieron de él. Todo eso sin decir una palabra.

Será por el ‘shock’ de ver a Kagami llorando en su propia habitación... sola.



“Ya debe de ser hora de que la tienda esté abierta.” Hiyori dijo, un poco ansiosa, en la puerta principal de su habitación “¿Nos vamos, Patti-chan?”
“Claro, claro...” Patricia respondió, y luego pensó “¿Qué estará planeando hacer conmigo en una tienda de ropa? Si esto es cosa del doujin...” Y luego acompañó a Hiyori.

Hiyori y Patricia salieron de su habitación, la cerraron con llave, dejaron las llaves en recepción y salieron del hotel; casi exactamente lo que hicieron Ayano y Misao a la hora de salir.

“¿Y sabes dónde está esa tienda de ropa, Hiyori-chan?” Patricia preguntó.
“¿No te acuerdas ya, mujer?” Hiyori respondió “Ayano me dio indicaciones para llegar a una. ¡Y delante de ti!”
“¡Ah, vale, ya me acuerdo!” Patricia se acordó de las indicaciones de Ayano, gracias a Hiyori “Se me habría olvidado...”
“No pasa nada.”

De pronto, las chicas se cogieron de la mano mientras emprendían su ruta hacia la tienda que Hiyori deseaba ir. Sin embargo, Patricia notaba algo de incomodidad en su mano.

“Oye, me estás apretando la mano, chica...” Patricia dijo.
“¡Huy, perdón!” Hiyori ‘aflojó’ la fuerza de su mano “Estaré pensando en otra cosa...”
“Sí, ya veo...”

Nadie sabía el propósito de Hiyori de llevar a Patricia a una tienda de ropa... salvo Hiyori misma, por supuesto.

4 comentarios:

  1. La mitad de este capítulo estaba improvisada. La otra mitad estaba hecha de antemano.

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  2. ya has llegado al vigesimoprimer capítulo.

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  3. He tenido bronca recientemente, así que el próximo capítulo va a tardar lo suyo, ¿vale?

    Gracias por vuestra paciencia.

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  4. u////////u... Kagamin.. Por que golpeas a Konatita? T.T
    -Etoile*

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