¿Qué es Lucky Love?

Lucky Love es un Fan Fiction hecho por Daniel Santos Delgado, basado en la exitosa serie japonesa Lucky Star. En Lucky hay contenido Yuri, de modo que a quienes no les gustan ese tipo de contenido, que abandonen esta página de inmediato. ¡Que lo disfruten!

Capítulo 30: El regreso

Al día siguiente hacia las 8 de la mañana, las chicas estaban esperando al próximo tren en la estación de la playa Kamakura.

Mucho antes, Kagami, Misao y Ayano dijeron a la jefa del empleo que tenían que volver a casa de vacaciones (eso sí, una por una cada día, para evitar levantar sospechas).

Volvamos a la actualidad, ellas llevaban esperando el tren durante media hora. Y más minutos.

“¡Jooooo!” Konata se quejó “¿Cuándo dejarán de quedarse en sus camas esos conductores de tren como una marmota?”
“Hazte a ti misma la pregunta, mujer.” Kagami replicó.
“Pero no soy conductora de tren.”
“Siempre te escaqueas con un pretexto... Eres como siempre.”
“¡Esperad, ahí viene un tren!” Hiyori avistó al tren gracias a los prismáticos que llevaba.
“¿Por qué llevas unos prismáticos?” Kagami preguntó.
“Porque tendré que ver con antelación el tren, chica.” Hiyori respondió.

De pronto, Tsukasa empezó a poner sus manos en sus bolsillos, y seguidamente puso cara de asustada.

“¡¡Mecachis...!!” Tsukasa exclamó.
“¿Qué pasa ahora?” Kagami preguntó.
“¡Mi ticket...! ¡Lo perdí!!”
¡¿QUÉ?!” Exclamaron más de la mitad de las chicas.
“¡¡¡Lo siento...!!!” Tsukasa intentó disculparse, aunque llorando.
“Esperen, esperen.” Miyuki dijo, tranquilamente “Ante todo no perdamos la calma, tenemos que relajarnos y pensar en una cosa rápido, antes de que llegue el tren o se vaya.”
“¡Tengo una idea!” Ayano exclamó “Cerca de esta parada está el encargado de los tickets, o mejor dicho, recepcionista. Yo te acompaño, Tsukasa-san, que sé dónde está.”
“¡Ah, gracias!” Tsukasa intentaba relajarse.

Entonces, Tsukasa y Ayano se separaron del grupo de chicas para poder encontrar al recepcionista de la estación de Kamakura.

Medio minuto después, el tren llegó, se detuvo y se abrió las puertas.

“Hala, como no lleguen Tsukasa y Ayano a tiempo...” Hiyori comentó.
“Mejor no llames al mal tiempo, Hiyori...” Kagami respondió.

Las chicas entraron y todas ellas se sentaron en unos asientos libres, excepto Kagami, quien se quedaba al lado de la puerta del tren -por el lado de dentro- para esperar a Tsukasa y a Ayano.

Unos segundos después, Kagami vio de lejos a Tsukasa y a Ayano corriendo.

“¡Venga, vamos, que el tren está a punto de irse!!” Exclamó Kagami.
“¡Ya vamos!!” Tsukasa respondió.

Las puertas del tren se cerraron lentamente, pero a Tsukasa y Ayano le dieron tiempo para entrar en el tren en el último segundo. Ellas estaban cansadas de la carrera que han echado, sobretodo cargando con sus maletas.

“Ay... Menos mal que esas puertas se cerraban lentamente, ¿verdad?” Tsukasa dijo, aliviada.
“Estuviste a punto de dejarte a ti misma y a Ayano en este sitio...” Kagami dijo, rotunda.
“Bueno, al menos lo hemos conseguido, ¿no?” Ayano respondió.

Se escucharon aplausos de parte de alguna.

“¡Bravo, bravo!” Patricia aplaudió “¡Esto quedó de película!”
“¡Esto no era una escena planeada! Si no hubieran alcanzado el tren a tiempo, no habría segunda toma.” Kagami se enojó.
“¡Pero estas cosas sólo pasan en las películas y series!” Patricia insistió con su mismo razonamiento.
“Da igual; anda, vámonos a sentar que ya hemos llamado bastante la atención...”



Ya habían pasado unos 20 minutos desde que el tren empezó su marcha hacia la estación cercana del instituto de las chicas. Como en el principio -en los asientos-, Kagami estaba con Tsukasa; Konata con Miyuki; Minami con Yutaka; Misao con Ayano; y Patricia con Hiyori.

“Lo siento, Onee-chan...” Tsukasa se disculpó con Kagami.
“Tranquila, tranquila, lo que pasó ya pasó.” Kagami respondió.
“¿No le dirías a mamá y a papá... lo que ha pasado?”
“Tsukasa: si le contase a mamá y a papá que perdiste tu ticket de ida y vuelta y una compañera te ayudó a sacar otro ticket y llegasteis al tren en el último momento para no ser abandonadas en la estación de Kamakura, ¿qué crees que podría pasar?”

Hubo un momento de silencio.

“Me... ¡Me has salvado la vida, Onee-chan!” Tsukasa respondió, sorprendida.
“No me chivaré, tú tranquila.” Kagami dijo.
“Eso no me convertirá en tu esclava o algo parecido, ¿verdad?”
“Tómatelo como si fuera una carta de libertad de ésas que sólo pasan una vez en la vida.”

Mucho después, fijó su mirada en Miyuki, y ésta le miró a ella. Ambas se ruborizaron, y estaba claro qué quería cada una.

“Oye, Onee-chan...” Tsukasa dijo.
“Dime.” Kagami respondió.
“¿Me dejas sentarme con Miyuki-chan?” Tsukasa preguntó, ruborizada.

Esta pregunta dejó pensar un poco a Kagami. Ella lo que quiere es cambiarle el sitio con Konata, quien estaba con Miyuki. Si se cambiarían, entonces Konata estaría con Kagami, y Miyuki con Tsukasa. Mataría a dos pájaros de un tiro: Kagami querría estar con Konata y aceptaría la propuesta de Tsukasa.

“¡Claro; me encantaría!” Kagami respondió, contenta.
“¡Gracias, Onee-chan!” Tsukasa respondió, también contenta.
“¿Qué pasa, chicas?” Konata preguntó, curiosa.
“¡Kona-chan, te cambio el sitio! ¿Sí?” Tsukasa preguntó.
“¡Ah, claro!” Konata accedió sin dudar un segundo.

Tsukasa y Konata recogieron sus respectivas maletas y se cambiaron de sitio, de forma que Konata esté con Kagami y Tsukasa con Miyuki. Las cuatro estaban satisfechas con el resultado.



“Así que ya tienes terminado el doujin, ¿eh?” Patricia dijo.
“Bueno... No exactamente; falta imprimirlo y todas esas cosas...” Hiyori respondió.
“¿Y cuándo me lo vas a enseñar?”
“Eh... Ya te lo he dicho, en cuanto lo saque en el comiket.”
“¿Y por qué no ahora?”
“Porque...” Hiyori intentó responder “Porque hay partes que me gustaría que los vieses impresas, ¿sabes? Son cosas del cliffhanger y todo eso...”
“¿Qué pasa con el cliffhanger que hablas tanto?”
“Nada, nada. Mejor que los vieras por ti misma, en papel impreso.”



“¡Anda! Nos lo hemos pasado bien allí, en Kamakura, ¿verdad, Ayano?” Misao estaba agotada.
“Claro que sí, Misao-san.” Ayano respondió.
“¡Y lo que nos hemos divertido trabajando juntas con Hiiragi!”
“Sí.”
“Oye...”
“¿Sí?”
“¿Te quedarías a dormir conmigo... esta noche, en mi casa?”
“Por supuesto, Misao-san; soy toda tuya.”

“Ésas tienen un lenguaje algo comprometido, Kagamin.” Konata escuchó la conversación de Ayano y Misao y le susurró a Kagami.
“Sólo son amigas, ya está.” Kagami respondió, también susurrando.
“Están hablando de acostarse... ¡Como pareja Yuri!”
“Mujer, hace ya tiempo que Tsukasa y yo fuimos a dormir en tu casa y no por eso somos novias.”
“Pero son dos personas, Kagamin, ¿te das cuenta? ¡No somos las únicas aquí! ¡Por fin dos de nuestras amigas se hacen pareja aparte de nosotras!”
“No pretenderás contar lo de lo nuestro, ¿verdad?”
“Noooo, tranquila.”

Kagami en realidad sí que sabía lo que hubo entre Ayano y Misao, pero fue un secreto entre esas dos y Kagami, de modo que actuó como si no supiera nada del asunto.



“¡Mira el paisaje, Yuki-chan!” Tsukasa miró el paisaje a través de la ventana.
“¿A ver?” Miyuki empezó a observar el paisaje.

¿Cómo describir el paisaje? Había un gran lago, seguido por una pequeña cascada; estaba rodeado de un bosque de numerosos pinos, y al fondo se veía un monte. El cielo estaba despejado.

“Qué bonito...” Miyuki se quedó hipnotizada ante el paisaje.
“¿A que sí?” Tsukasa respondió.
“Me recuerda a ti...”
“¿Eh? ¿A mí?”
“El color del lago es azul, como tus ojos... Y quisiera meterme en el lago de tus ojos para siempre...”

Aquel cumplido dejó a Tsukasa tan roja como un tomate.

“¡Huy! Perdona, Tsukasa-san, por el piropo tan fuerte que te solté...” Miyuki se disculpó.
“No, si no es eso... Lo que pasa es que no me esperaba una frase tan... romántica, viniendo de ti, Yuki-chan...”
“Ah, si es sólo eso me quedo tranquila...”
“Pues tranquila, entonces.”

Mucho después, las manos de Miyuki y Tsukasa se juntaron y tomaron, de tal forma que ellas sintiesen que fueran una pareja de verdad...



Yutaka tenía los ojos medio cerrados, eso le llamó la atención a Minami.

“¿Te sucede algo, Yutaka?” Minami preguntó.
“Nada, Minami-chan, que anoche no dormí muy bien.” Yutaka respondió.
“¿Y eso?”
“Pues estaba un poco nerviosa por el día de mañana... es decir, el día de hoy, ahora...”
“Puedes dormite en mi cintura, sabes.”
“¿En serio?”
“No lo dudes.” Minami sonrió.

Enseguida Yutaka se ‘acostó’ en la cintura de Minami, como si fuera una almohada. Tanto Yutaka y Minami sonrieron.

“Gracias, Minami-chan...” Yutaka dijo.
“No, gracias a ti.” Minami respondió.



Mucho más tarde...

“Pues apesta y eso...” Kagami comentó.
“Sí, claro.” Konata respondió.

Kagami miró hacia la ventana donde estaba ella. De pronto se le puso cara de sorprendida.

“Anda, mira por dónde...” Kagami dijo.
“¿Qué pasa?” Konata preguntó.
“¡Hemos llegado ya a casa!”
“Así que es cierta esa leyenda...”
“¿Qué leyenda?”
“Esa leyenda que dice que en un viaje del mismo tramo se tarda menos la vuelta que la ida.”
“Ah, pues sí que es cierta.” Kagami recogió su maleta “¡Venga, chicas; vámonos fuera!”

Justo después, el grupo de chicas se bajó del tren, y al rato encaminaron su ruta hacia el instituto de donde se reunieron antes de marcharse en tren.

“Madre mía... Siento como si este lugar fuese extranjero...” Kagami comentó.
“¿En serio? ¿Por qué?” Konata preguntó.
“Ni idea. Seguramente porque hace mes y medio que no pisamos este sitio...”
“Ah, te comprendo. Es como si intentaras de nuevo adaptarte a los controles de un juego al que no jugaste en años.”
“No veo el día en que tú no hables de juegos o de anime...”



Mucho después, las chicas llegaron al instituto para luego despedirse e ir hacia sus respectivas casas.

“Bueno, espero que lo hayáis pasado bien.” Kagami dijo.
“¡Pues claro que sí!” Exclamó Misao “¡Fueron las mejores vacaciones de mi vida!”
“Sí, igualmente.” Dijo Minami, mientras sonreía a Yutaka, quien le devolvía la sonrisa al instante.

Seguían comentando las vacaciones durante un buen rato, hasta que Kagami se dio cuenta del atardecer rojo del cielo.

“¡Ostras! Se nos está haciendo tarde, vámonos Tsukasa.” Kagami le cogió la mano a Tsukasa, forzándole a ir con ella hacia su casa.
“¡E-espera, Onee-chan!” Tsukasa no pensaba en marcharse sin despedirse de Miyuki “¡Dame unos cinco minutos para despedirme de Yuki-chan!”
“Ah, vale. Si es eso, te espero.” Kagami le soltó la mano a Tsukasa.

Esta última se dirigió hacia Miyuki, quien estaba parada en la calle. Las demás se marcharon, no sin antes despedirse, por supuesto. En la calle del instituto sólo quedaban Miyuki, Tsukasa y nadie más, aunque Kagami los observaba de lejos.

“Bueno, pues... Me alegro de haber tenido esos momentos contigo, Yuki-chan...” Tsukasa dijo, ruborizada.
“Yo también, Tsukasa-san...” Miyuki respondió y abrazó a Tsukasa, y ésta le devolvió el abrazo.

Ahí estaban, abrazándose durante unos 15 segundos... y más. Kagami empezaba a impacientarse, hasta que Konata empezaba a acercarse sigilosamente a las espaldas de Kagami.

“¡Bu!” Konata le dio un pequeño susto.
“¡¡Ahh!!” Kagami se dio la vuelta y vio a Konata “¿De dónde sales??”
“Simplemente me fui por un camino y di un rodeo hacia tu ruta a tu casa, y te encontré esperando a Tsukasa.”
“Joder, no me pegues esos sustos.”

Kagami y Konata observaron -de lejos- al largo abrazo entre Tsukasa y Miyuki.

“¿Qué opinas de ellas, Kagamin?” Konata preguntó.
“Saldrá bien.” Kagami sonrió “Me alegra ver de que ella haya encontrado a ese alguien especial.”
“¿Insinúas que esperabas esto?”
“No exactamente: Miyuki me dijo que le gustaba Tsukasa.”
“Desde luego hacen una pareja muy moe...”
“No te cansas, ¿eh?”
“Yo también quiero estar así, Kagamin...” Konata abrazó a Kagami por un lado.
“Konata...”
“Una pareja ejemplar... Tener a alguien con quien compartir inquietudes... Compartir experiencias... Y compartir la vida...”

De pronto, Kagami dio un abrazo muy fuerte a Konata. Estaba soltando lágrimas, debido a las palabras de Konata.

“Yo también, Konata...” Kagami susurró, llorando en silencio “No quiero perderte...
“Va, va, Kagami-sama...” Konata le tranquilizó a Kagami “Todo lo malo pasó, no te preocupes.”
“De acuerdo...”

“¡Hola, Onee-chan!” Tsukasa se dirigía hacia Kagami. Por algún motivo estaba muy feliz.
“Hola, Tsukasa; ¿qué pasa?” Kagami preguntó, a la vez que paró el abrazo con Konata (y se secó las lágrimas).
“¡Miyuki y yo ya somos novias!”

Kagami se puso un poco sorprendida, pero también se alegró porque Tsukasa haya encontrado finalmente a su alguien especial. Konata también se puso contenta con la noticia.

“¡Felicidades, Tsukasa!” Konata exclamó.
“¡Gracias, Kona-chan!” Tsukasa respondió muy feliz.
“¿Y cómo fue eso? ¡Si os quedabais abrazando durante siglos!” Kagami preguntó por curiosidad.
“Estábamos conversando mediante susurros, y dejábamos el abrazo, y luego le pedí ser mi novia, y ella aceptó muy contenta. ¡Como en las películas!” Tsukasa explicó.
“¡Estupendo, Tsukasa, enhorabuena de nuevo!” Konata volvió a felicitar a Tsukasa.
“Muy bien, Tsukasa. Has estado genial.” Kagami dijo.
“Bueno, chicas, me tengo que ir a casa.” Konata se marchaba.
“¿Eh? ¿Y Yutaka?” Kagami preguntó.
“Minami le está acompañando allí, supongo que no habrá problema.” Konata respondió “¡Hasta pronto!”
“Vale, ¡adiós!” Kagami y Tsukasa se despidieron de Konata.

2 comentarios:

  1. Nuevo récord de duración de capítulo. ^^

    El final se está acercando, pero poco a poco.

    Os adelanto que justo después de subir el último capítulo de Lucky Love, subiré un capítulo especial... No, no será un epílogo, pero lo recomiendo a aquéllos y aquéllas que tienen muchas ganas de seguir leyendo Lucky Love. =)

    ¡Hasta pronto!

    Pista: quedan aproximadamente 2 o 4 capítulos.

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  2. Pues tienes razon este capitulo si estuvo extenso. Me gusto que Miyuki y Tsukasa ya hayan dado un gran paso en la relación (mejor dicho que ya tengan una). Que lastima que queden tan poquitos capitulos :-( pero aqui seguiremos a la espera.

    Gracias por conti muy interesante, esta´ré al pendiente...

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