Capítulo 19: Las vidas

Pasaron unos 15 días desde que el grupo de las chicas llegó al hotel de la playa de Kamakura. Y han pasado muchas cosas desde entonces.

Kagami ya había conseguido el mismo trabajo que Ayano y Misao un par de días después de Misao. Después de eso, Kagami estaba centrada en dicho trabajo más que Ayano y Misao; debido a esto, ella casi no tenía mucho tiempo para charlar con Konata porque estaba cansada y por eso se echaba una siestecita antes de la hora de la cena. Aunque eso sí: siempre pensaba en cómo podría empezar a relacionarse románticamente con Konata.

                     

Konata, debido al “hándicap” que le puso a Kagami, no hacía casi nada por ella. Aun así charlaba con Kagami en la hora de la cena y le lanzaba a Kagami indirectas de broma -como de costumbre-. Seguía enganchada a jugar a la Wii y a la DS.

Tsukasa y Miyuki: ambas estaban nerviosas por las mañanas acerca de la relación que tenían entre ellas. Tsukasa porque cada mañana encontraba a Miyuki llorando y le preguntaba a Miyuki que porqué lloraba, pero ésta le contestaba que siempre tenía alguna que otra pesadilla. Aunque conforme con la misma respuesta, Tsukasa, seguía inquieta.

Minami seguía prendada de su compañera y mejor amiga Yutaka. Muchas veces estaba tentada a confesar su amor, pero cuando estaba a punto de hacerlo desaparecían sus ánimos y se sentía mal. Aunque esos malos ánimos se desvanecían cada vez que Yutaka dormía con Minami por las noches.

Yutaka se sentía más protegida, segura y querida junto con Minami cada vez más pasaban los días. Un día estaba convencida de que Minami era su protectora, tal como mucho antes había prometido ésta. Ahí nada podría hacerle más feliz.

Hiyori y Patricia: Hiyori había avanzado bastante en su doujin; sin embargo, no quería mostrar esos avances a Patricia, porque en ésos estaba el beso que tuvo con Patricia -ésta última dormida- aquella noche, y se limitó a decirle que por el momento no se lo enseñaba. Patricia quedó conforme sin más sobre esa afirmación, con la condición de que el doujin realmente merezca la pena. Ambas llegaron a ese acuerdo.

Ayano y Misao empezaron a llevarse muchísimo mejor desde que llegaron al hotel. Se llevaban como amigas, mejores amigas, almas gemelas, hermanas. De hecho, ellas se compenetraban bastante bien en el trabajo de lavarropas que tenían. Eso sí, las dos juntas ayudaban a Kagami para que ésta no se sentía sola... al menos, pensaron ellas.

Se están aproximando muchos cambios en las vidas de estas jóvenes estudiantes...