¿Qué es Lucky Love?

Lucky Love es un Fan Fiction hecho por Daniel Santos Delgado, basado en la exitosa serie japonesa Lucky Star. En Lucky hay contenido Yuri, de modo que a quienes no les gustan ese tipo de contenido, que abandonen esta página de inmediato. ¡Que lo disfruten!

Capítulo 7: La playa (Parte 1)

ATENCIÓN: Este capítulo tiene contenido que podría ser ofensivo para algunos lectores. La discreción del lector está altamente recomendada.

Minami y Yutaka estaban en su habitación, en el hotel; ellas estaban tiradas en sus respectivas camas. Eso era señal de que estaban muy cansadas, tal como le pasó a Kagami.

“Ahhh... Menudo viaje...” Yutaka suspiró.
“Sí... Un viaje muy largo...” Minami dijo.

Minami todavía recordó aquel sueño con Yutaka en el tren. Minami se preguntó si eso era un sueño sin más, un sueño premonitorio, un sueño con un significado complejo, un sueño único... Tantas definiciones se hacía Minami para ese sueño que estaba más que sorprendida, o más que paralizada.

“¿Iwasaki-san? ¿Te pasa algo?” Yutaka preguntó.
La pregunta sobresaltó a Minami. “¡Ah! Esto... Nada...”
“¿Seguro? Quiero ayudarte, como me ayudabas cuando estábamos en el instituto.”

Aquella frase puso los pelos de punta a Minami. Ésta se preguntó si ése era el momento adecuado para poder contarle lo que soñó... o lo que sintió. Ambas son chicas, y Minami dudaba si decírselo o no, pues Yutaka podría reaccionar de distintas formas, pero pensó que ha llegado el momento...

“Bueno... Sí.” Minami respondió “Tenía pensado en decírtelo más tarde, cuando tenga las cosas claras.”
“¿Ah, sí?”
“S-sí... Yu-Yutaka...” Minami tartamudeó “He tenido un...”

En ese momento, un ruido se oyó en la puerta, como si alguien diera golpes en la puerta.

“¿Yutaka? ¿Minami?” Se escuchó la voz de Patricia a través de la puerta.
“Eh... ¿Sí?” Minami respondió.
“¿Os apetece venir a la playa ahora mismo?” Patricia preguntó.
“¡Oh, genial! ¿A ti qué te parece, Iwasaki-san?” Yutaka preguntó ilusionada.
“Eh... Bien, vale...” Minami respondió.
“¡Pues a ponerse el bañador, chicas; nos vamos en 5 minutos!” Patricia avisó.
“¡Vale, Patti-chan!” Yutaka respondió y preguntó “Iwasaki-san, ¿te cambias tú primero o yo?”
“Vale, me cambio yo primero...” Minami respondió.
“¿Por dónde ibas a decir antes?” Yutaka preguntó.
“Ah... Nada...” Minami mintió; pensó que todavía no estaba preparada para decírselo.
“¿Seguro que no pasa nada?”
“Seguro.”



“Buiiinas, Kagami-sama.”

En cuanto Kagami abrió los ojos, lo primero que vio fue Konata con su peculiar bañador infantil. Justo después, Kagami se sobresaltó hacia un lado de la cama, llegando a caerse en el suelo de la habitación.

“Je, je, je... Parece que a Kagami-sama...” Konata iba a decir, pero Kagami le interrumpió.
“¡¡Ya basta!!” Kagami exclamó “¡¿Qué narices haces con tu...” Kagami se lo pensó durante unos segundos mientras buscaba un adjetivo que definiese el bañador de Konata “...con este bañador tan pasado de moda?!”
“Pues para que te des cuenta de que es hora de irse a la playita, Kagamin.” Konata respondió “Todas nosotras nos vamos, ¿te apuntas?”
“Bueeeno...” Suspiró Kagami “Si no hay más remedio...”
“¿Eso es un sí?” Preguntó Konata de forma retórica.
“¿Quieres dejarme tranquila ya? ¡Acabo de despertarme! Me cambio ahora y nos vamos.”
“¿Y dónde te vas a cambiar?” Preguntó Konata con una mirada maliciosa.
“En el baño... ¿no?”

Hubo un incómodo silencio de unos 5 segundos, mientras Konata puso una sonrisa que pondría los pelos de punta a cualquiera.

“¡¡Bueno, bueno; ya me cambio en el baño, pero haz el favor de dejar de mirarme con esa cara, que me das miedo, por Dios!!” Kagami exclamó.



En la puerta principal del hotel, estaban todas las 8 chicas restantes listas para ir a la playa; sólo faltaban Kagami y Konata.

“Jooo, cuánto tardan esas chicas...” Misao se quejó.
“Dale tiempo, es posible que tengan mucho equipaje en sus maletas.” Ayano dijo.

En ese momento, se escucharon las voces de Kagami y Konata, pareció como si estuvieran discutiendo.

“Oh, ahí vienen.” Tsukasa dijo.

Vieron a Konata y a Kagami dar las llaves de sus habitaciones a recepción, y justo después se dirigieron al grupo de chicas.

“¿Por qué tardasteis tanto?” Misao preguntó algo seria.
“Pues...” Kagami iba a decir, pero...
“Se estaba poniendo el bañador en el baño y yo le estaba asustando abriendo y cerrando dicha puerta constantemente.” Konata dijo sin cortarse un pelo y de forma optimista.
“¡¡KONATA!!” Kagami gritó ruborizada. “¡¡ESO NO ES CIERTO!!”
“Esto... ¿Tú y Konata...?” Ayano preguntó con timidez.
“¡¡BASTA!!” Kagami gritó.

Kagami suspiró e inspiró con tranquilidad, así durante 10 segundos. “Venga, vámonos.” Dijo.



Después de 5 minutos andando -y en silencio, por el cabreo de Kagami- habían llegado ya a la playa de Kamakura. Había poquísima gente, pero aún así era soleado, y no querían desaprovechar esa oportunidad.

Kagami llevaba un bañador rojo, Tsukasa llevaba uno negro de rayas blancas, Miyuki llevaba un bikini blanco más una sombrilla con un par de toallas para cualquiera que le haga falta; Konata... llevaba su bañador azul infantil más un flotador. Minami llevaba un bañador blanco con una toalla, Yutaka llevaba también un bañador pero amarillo, Patricia llevaba un bikini azul, Hiyori llevaba un bikini naranja. Misao llevaba un bañador negro, y Ayano llevaba un bañador verde oscuro más dos toallas para ella y para Misao.

Miyuki “plantó” la sombrilla en la arena, aproximadamente a 14 metros de distancia con el agua; que además “desplegó” sus toallas cerca de la sombrilla; Ayano hizo lo mismo, poniéndolos en fila paralela a las de Miyuki. Ya podían relajarse después de un duro día.

Bueno, salvo dos chicas, que competían por la clásica carrera de la zambullida al agua: Patricia e Hiyori.

“¡A ver quién es la primera que se zambulle!” Patricia exclamó.
“¡Venga, vamos!” Hiyori respondió y se puso en la misma distancia que Patricia al mar; las dos estaban arrodilladas, preparadas para pegar la carrera. “¿Preparada?”
“¡¡Ahora!!” Patricia dio la salida al instante.

Las dos chicas empezaron la salida de forma casi igualada, iban tan rápidas como el viento; corrían hacia el agua a toda velocidad. Cuando alcanzaron al agua todavía no se detenían... hasta que se tropezaron cuando estaba el agua a la altura de la cintura, al tiempo que se pegaban un buen chapuzón. Poco después las chicas emergieron.

“¡Ay, madre! ¡¡Qué fríiaaaa está el aguaaa!!” Hiyori exclamó.
“Je, deberías estar acostumbrada, mujer...” Patricia respondió, aunque con cara de estar soportando también el frío.

Después de esta conversación ambas se miraron, y después, se rieron con lo que ha dicho cada una.



Minami y Yutaka estaban junto con las demás, en el sitio de la sombrilla de Miyuki.

“Mmm... Qué hambre me acaba de entrar ahora...” Yutaka murmuró.
“Tengo suelto por aquí, si quieres vamos a una tienda a comprar algo de comer.” Minami respondió.
“¡Qué amable por tu parte, Minami-chan!”
 “Espera, que me llevo mi toalla, que hace un poco de frío.” Minami dijo mientras cogía su toalla.
“¿Frío? ¡Si no hay frío en este día soleado!” Misao exclamó.
“Sí, pero...” Minami intentó responder, pero no supo qué decir “Da igual, me llevo la toalla.”
“Venga, nos vemos.” Kagami dijo.

En cuanto Yutaka y Minami se alejaban de la playa, hubo una conversación entre ellas:

“Minami-chan... ¿De verdad hace tanto frío?” Yutaka preguntó.
“Bueno...” Minami intentó responder “Resulta que cuando estoy durante mucho tiempo en un sitio caluroso -en este caso, la playa- va una pequeña brisa de viento y te deja helada... ¿Sabes?”
“¡Uyyy! ¡A mí también me pasa!”

Minami, en ese momento, sonrió; algo muy raro en ella, por supuesto. Yutaka vio esa sonrisa y preguntó por curiosidad:

“Vaya, Minami-chan, ¿por qué sonríes?”
“Nada, Yutaka...” Minami respondió, sin ocultar su sonrisa “Que entendiste mi teoría del frío que tuve, al contrario que Misao.”
“Ah... ¿De verdad?”
“Sí.”

Por fin llegaron a un supermercado, se detuvieron justo enfrente suyo.

“Espera aquí, Yutaka. Iré yo a comprar chocolatinas, llevo toalla y puede que aquí la gente no se acostumbre a ver chicas únicamente con bañador.” Minami explicó.
“¿Mmm?” Yutaka no entendió nada.
“Espérame aquí, no tardaré.”

Minami, con la toalla en sus hombros, entró al supermercado por las puertas deslizantes; se dirigió directamente a la caja, donde había una oferta de un pack de las galletas famosas “O**o”. Lo cogió, pasó por caja y le dio el dinero que llevaba encima; tenía lo justo para comprar ese pack.

Al abandonar el supermercado con el pack en las manos ocurrió algo extraño: no estaba Yutaka. Minami miró alrededor, pero siguió sin verla, y eso de que estaba segura de que estaría esperándole enfrente del supermercado. Sin embargo...

“¡¡¡IWASAKI-SAAAAAN!!!”

Era un grito de Yutaka.

“¿¡Yutaka!?” Minami se volteó hacia la dirección de donde vino el grito y siguió en esa dirección hasta adentrarse en un callejón oscuro.

Logró ver a Yutaka, sí; pero a su lado vio también a un hombre con pintas de ser un delincuente. Ese hombre estaba pegando a Yutaka.

“¡¡Eh!! ¡¡Suelta ahora mismo a esa chica!!” Minami ordenó al delincuente.
El delincuente se volteó hacia Minami “¿O qué, chiquilla? ¿Me pegarás con tus superpoderes?” dijo con tono irónico.
“No bromeo.”
“Vale, vale, superwoman...” Dijo el delincuente, y lanzó a Yutaka hacia una pared que la dejó inconsciente en el suelo.
“¡¡No!! ¡Así no!”
“¿Y ahora qué vas a hacer conmigo, chica? ¿Jugar a las Bar***s?” Se burló el delincuente.

Aquello último ofendió muchísimo a Minami, sin embargo...

“¿Por qué no vas a por mí, si eres hombre?” Minami desafió.
“No me gustan las de tetas pequeñas, chiquilla.” Respondió con brusquedad el delincuente.
“Ve a por mí, gallina.” Minami insultó.
“¡La gallina serás tú!”

En ese momento el delincuente corrió hacia Minami. En cuanto estuvo medio metro de distancia a Minami, ésta se pegó a la pared y avanzó hacia delante y le empujó hacia la calle al delincuente por la espalda.

El delincuente perdió el equilibrio y se cayó en la carretera; cuando iba a levantarse, un par de agentes de policía lo agarraron y le pusieron las esposas.

“¡Queda detenido por búsqueda y captura!” Dijo uno de los policías.
“¿Eh... qué?!” Murmuró el ladrón.
“¡Venga ya, no te hagas el tonto! Que sabemos perfectamente que ha estado por aquí violando a niñas menores de edad.” Dijo otro de los policías mientras le llevaban al coche patrulla. “¡¡Adentro!!”
“¡Esperen! ¡Esto es un error!”
“Sí, claro, fue un error cometer esa clase de delitos. Vámonos a la comisaría, anda.” Dijeron los policías mientras se metían en el coche.

Finalmente, el coche arrancaba, llevándose consigo el delincuente. Volvamos con Yutaka y Minami en el callejón.

“¡Yutaka, ¿estás bien?!” Minami intentó reanimar a Yutaka.

Yutaka abrió los ojos lentamente.

“Minami...¿chan?” Yutaka murmuró.
“Ya me he encargado de ese hombre, está en manos de la policía.” Minami respondió.

En ese momento, Yutaka abrazó muy fuerte a Minami, echándose a llorar.

“¡¡Minami-chan!! ¡Ese hombre me quería...! ¡¡Me quería...!!” Yutaka intentó terminar la frase -llorando- “¡¡Me rompió todo el bañador!! ¡¡Y no sé qué más quería hacerme!!”

Efectivamente, el bañador de Yutaka estaba la mitad de roto, por el lado de arriba; con ello ya estaba casi desnuda.

“Toma, Yutaka.” Minami le ofreció a Yutaka su toalla “Tápate bien, que nos vamos a casa.”
“Pero... ¿Y las demás?” Yutaka preguntó, esta vez un poco más tranquila.
“Ya les mandaré un mensaje por mi teléfono móvil. Vámonos.”

4 comentarios:

  1. Espero continues pronto. Sigue asi...

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  2. Va muy bien el fic espero no me dejes mucho tiempo en ansias.

    Tengo una duda, cuantas parejas habrá??

    Cuidate mucho y estare al pendiente de la conti...

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  3. @Wendy: Te digo: no te voy a decir cuántas parejas habrá, porque eso sería hacer SPOILERS. xD

    De todas formas, permanezcan al tanto, que estoy trabajando en el siguiente capítulo. Paciencia.

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  4. T////T.. La pequeña Yutaka... u.u
    Ya viene lo bueno >:3
    -Etoile*

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