¿Qué es Lucky Love?

Lucky Love es un Fan Fiction hecho por Daniel Santos Delgado, basado en la exitosa serie japonesa Lucky Star. En Lucky hay contenido Yuri, de modo que a quienes no les gustan ese tipo de contenido, que abandonen esta página de inmediato. ¡Que lo disfruten!

Capítulo 8: La playa (Parte 2)

Mientras tanto, después los acontecimientos últimos de Yutaka y Minami, volvemos con el resto de las chicas en la playa...

“Oye, cuánto tardan Minami y Yutaka, ¿no?” Tsukasa comentó.
“Ya deberían haber llegado, no me lo explico...” Miyuki respondió.

De pronto, un teléfono móvil empieza a sonar una melodía de notas de piano.

“¡Ah! Me mandaron un mensaje...” Miyuki sacó su móvil.
“¿De quién es?” Tsukasa preguntó.
“De Minami.” Miyuki empezó a leer el mensaje: “Ha pasado algo, vuelvo con Yutaka al hotel.
“¿Cómo?” Tsukasa preguntó, algo sorprendida.
“Eso dice el mensaje; mira.” Miyuki le enseñó su móvil con el mensaje en pantalla a Tsukasa.

Tsukasa leyó el mensaje con los ojos y después asintió la cabeza, dando señas de que ha leído el mensaje.

“Qué extraño, ¿no?” Miyuki opinó.
“Seguramente se les habrá olvidado algo en el hotel.” Tsukasa comentó.
“Entonces si se le hubieran olvidado una cosa en el hotel, en el mensaje pondría ‘volveremos después’ o algo así, ¿no crees?”
“¡Uy! ¡Qué fallo!”
“No pasa nada; todos cometemos errores.”
“A propósito Miyuki: ¿de qué era esa melodía de piano de tu móvil?” Konata intervino.
“Pues...” Miyuki intentó responder “Me da vergüenza decirlo, pero no me acuerdo...”
Moe hasta la médula...” Pensó Konata con una sonrisota en la cara.



Kagami y Ayano estaban tomando el sol, sobre las toallas, boca abajo. Tuvieron una conversación:

“¿Entonces no te has presentado todavía como lavarropas?” Kagami le preguntó a Ayano.
“Bueno, tengo el currículum listo para presentar, supongo que ya es algo.” Ayano respondió.
“Ajá... ¿Pero cuándo te presentarás?” Kagami preguntó.
“Pues esta noche, a las 9 en punto; iré para allá sin falta.”
“Eso espero, porque nos estamos jugando nuestro futuro...”
“¡Sí que lo hará! ¡Presentará su currículum!” Exclamó de forma optimista Misao, quien al mismo tiempo se dejaba caer sobre la espalda de Ayano, estando encima de ella abrazándola.
“Ah... Misao... Me ahogas...” Ayano avisó con dificultad de respirar.
“¡No pasa nada, Ayano!” Dijo Misao incorporándose, y después empezó a masajearle la espalda a Ayano “Tómatelo como una pequeña compensación, amiga.”
“Ah...” Ayano empezó a sentirse cómoda inesperadamente “Misao...”
“Shhh... Sólo relájate.” Misao siguió masajeándole la espalda a Ayano.
“Bueeeeeno...” Kagami suspiró, se levantó y dijo “Voy a estirar las piernas, ¿vale?”
“¡Vale, hasta luego!” Misao respondió.

Kagami se alejó de Ayano y Misao; no podía estar soportando más estar junto a Misao y a Ayano con comportamientos extraños últimamente. Vio a Konata, y pensó en pasar el rato con ella en vez de estar soportando a Misao. Caminó hacia donde estaba Konata, sentada cerca de la orilla.

“Hey, Konata.” Kagami la saludó.
“Enas, Kagami-sama.” Konata respondió.
“¿Aburrida?”
“Premio para la adivina.”
“¿Y eso?”
“Me traje la DS, sí, pero... ¿no te da rabia que no quieres llevarlo a la playa por miedo a que se estropee con la arena o la humedad?”
“Ah, sí. Te entiendo, eso me pasa muchas veces.”
“Sí... E irónicamente lo llaman una consola portátil.”
“Jeje, ya te digo.”

Las dos chicas se rieron con este comentario. Dejaron de reírse y se miraron durante unos cuantos segundos, emocionalmente lentos.

“Oye, Kagamin...” Continuó Konata.
“Dime.” Respondió Kagami.
“¿No quisiste hacerme un corte cuando te llamé ‘Kagami-sama’, hace un momento?”
“¡¡Ah!!” Kagami, al darse cuenta de esto, se ruborizó mucho “¡¡Pues...!! ¡Konata, ya basta, por favor!”
“Ohh... ¿Te gusta que te llame Kagami-sama?” Konata se comportó de forma atrevida.
“¡No es eso!! ¡Es que...!” Kagami iba a decir algo, pero de repente se dio cuenta de que sentía algo por Konata, sintió algo más que una amistad; sin embargo, consideró que ése no era un buen momento para decírselo.
“¿Qué ocurre, Kagamin?” Konata empezó a juntarse con Kagami de forma algo peculiar “¿No te atreves a decírmelo?” y empezó a tocarle la mano a Kagami.

Kagami se quedó roja como un tomate, literalmente. Se levantó de inmediato “¡Ya basta! ¡Esto es demasiado!” Y se alejó de Konata hecha una furia.

Konata se quedó mirando a Kagami, eso sí, con una sonrisa inconfundible y murmuró lo siguiente: “Conozco a los tsundere, Kagamin. Un día caerás...”



Hiyori y Patricia seguían nadando en el agua, esta vez un poco más lejos de la costa. Estaban en las proximidades de unas rocas muy grandes, buscando peces que observar.

Pero por ahora no encontraron nada.

“Joer, es difícil encontrar peces...” Hiyori se quejó, aunque sin dejar de buscar alrededor de las rocas.
“Eso se lo dices a los pescadores, Hiyori, que se pasan las mañanas cazando peces.” Patricia respondió.
“¿Pero no buscamos peces pequeñitos? Éstos sí que no se pueden pescar... creo.”
“Buscamos peces, supongo que eso cuenta.”
“Joder, debí haberme traído las gafas de buceo; me las dejé en casa.”
“Bueno, pues te los traerás otro día, Hiyori.”
“No... Que me los dejé en mi casa...”
“Aaahhhh... Ya me figuraba a mí...”
“Aunque eso sí, puedo abrir los ojos sumergida, claro.”
“Pues no lo hagas por mucho tiempo, que te quedan rojos.”

Hiyori miró, de inmediato, a un grupo de peces pequeños bajo las rocas y bajo el agua.

“¡Mira, ya encontré peces! ¿Te apuntas a verlos?” Hiyori preguntó entusiasmada a Patricia.
“Lo siento, pero quiero cuidar mis ojitos como es debido; aunque gracias...” Patricia respondió.
“¡Vale, tú te lo pierdes!” Hiyori le interrumpió a Patricia, tomó aire y enseguida se sumergió hacia donde los peces.

Hiyori, bajo el agua, empezó a seguir lenta y discretamente al grupo de peces, evitando así que éstos se espanten y se separen y desaparezcan en segundos. Hiyori siguió al grupo de peces sin problemas; hasta que éstos se metieron en una especie de paso estrecho, pero Hiyori no se rindió, y se metió en el paso estrecho.

Cabía perfectamente en el paso estrecho, de hecho, medía exactamente lo mismo que el ancho del cuerpo de Hiyori.

Pero con tanto observar a los peces se le escapó a ella sólo un detalle del que se dio cuenta en ese momento: empezaba a no tener aire.

Así que Hiyori intentó emerger, pero el ancho del paso estrecho no era precisamente la misma en la parte de arriba, era más estrecho; de modo que Hiyori no podía salir de aquí yendo arriba.

¡¡Joder, me voy a ahogar!!” Pensó Hiyori.

A ella no le quedaba más remedio que ir hacia atrás, volver por donde vino; pero no tenía mucho tiempo. Retrocedía rápidamente hasta a principios del paso estrecho, donde no había “techo” ni nada parecido que le impedía la emersión de Hiyori, así que emergió a la superficie del agua a toda velocidad sin pensar en otra cosa que respirar aire.

Emergió por completo. “¡¡Aghh... Dios!!” Hiyori respiró con dificultad, aunque no por mucho tiempo “¡Me arden los pulmones!”
“¡Ah! ¡Estás bien!” Patricia se acercó a Hiyori, pero se detuvo cuando estaba cerca de 1 metro a ella. “Esto... Hiyori...”
“Agh...” Hiyori jadeó como nunca, aunque se iba recuperando poco a poco “¿Qué pasa?”
“Esto... Mírate...” Patricia señaló al torso de Hiyori.
“¿Ein? ¿Qué tengo...?” La voz de Hiyori se apagó cuando vio que la parte delantera de su top del bikini... estaba rota, dejando al descubierto sus pechos. Hiyori se los tapó. “¡Joderjoderjoderjoderjoder!!!” Hiyori estaba desesperada.
“¡Tranquila, Hiyori! ¡Podemos arreglarlo; además, no hay nadie alrededor que pueda...! Eh... ´vértelas...’” Patricia trató de calmar a Hiyori.
“¿Cómo lo vas a arreglar?” Hiyori estaba tranquila en ese momento, pero estaba colorada.
“Muy fácil; como sólo se ha roto la parte central del top -es decir, la ‘cuerda’ que une a los dos ‘sujetadores’-, lo que puedo hacer es hacerle un par de nudos y estará como nueva... Algo incómoda, claro, pero es el único remedio que hay.”
“D-De acuerdo...” Hiyori miró alrededor. “Adelante, ya estamos cubiertas de la vista del resto de las chicas, gracias a las rocas, así que...”

Acto seguido, Hiyori se destapó los pechos y cerró los ojos muy fuerte, pues pensaba que nada ya podía ir peor y sentiría mucha más vergüenza.

“Bien, voy a comenzar, ¿vale?” Patricia avisó.
“Vale, vale...” Dijo Hiyori, sin dejar de cerrar los ojos.

Patricia cogió los extremos de la cuerda rota del top de Hiyori e hizo un nudo con los extremos, cuando iba a hacer otro nudo, se quedó paralizada cuando centró su mirada en los pechos de Hiyori -cubiertos por el top, claro. Esos pechos redondos, firmes...

Vaya, esta chica no está tan mal. Nada mal.” Pensó Patricia, aunque de pronto recordó que tenía un favor que hacer: completar el otro nudo.

Al final hizo el nudo segundo y último.

“Vale, ya he terminado.” Patricia avisó.
Hiyori abrió los ojos y examinó su top: es verdad. Estaba en perfectas condiciones. “Me aprieta un poco, pero... Gracias, Patti-chan.”
“Nah, no ha sido nada.” Patricia miró la puesta de sol y se dio cuenta de que estaba atardeciendo. “Se hace tarde, ¿decimos a las chicas que nos vamos a casa?”
“Venga, sí.” Respondió Hiyori “Además, ya he tenido bastante.”

3 comentarios:

  1. Antes que nada, perdón por tardar lo que se dice "un huevo". Estaba ocupado haciendo vídeos, imágenes... De todo.

    ¡Espero que disfruten del capítulo! ^^

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  2. Por fin continuación :-)

    Pobre Kagami espero pronto caiga en las garras de Konata (esta pareja me encanta) las demas me parecen sumamente interesante pero ellas son lo máximo.

    Sigue asi y esperare la conti...

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  3. wii que interesante xD adoro a Kagami xDDD

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