Capítulo 6: La división

Las chicas salieron del tren, cada chica transportando su propio equipaje.

“Bueno, ¿y quién será nuestra guía?” Patricia preguntó.

“Yo.” Ayano respondió, mostrando una especie de mapa “Tengo la ruta para llegar al hotel donde nos alojaremos.”

“¡¡Wiiiii!!” Misao exclamó abrazando a Ayano “¡Eres la mejoooor!”

“Bueno, sí...” Ayano se ruborizó. “En realidad busqué en Go***e Ma*s el hotel y esta estación de tren, he puesto una opción de ruta entre esas dos ubicaciones y he imprimido el mapa.”

“Qué gran invento, el Go***e Ma*s, de verdad.” Konata añadió.

“Sin ello, todas estaríamos perdidas.” Kagami dijo.

“¿De verdad, Kagamin? ¿No estarías más perdida sin ‘alguien’?” Konata preguntó con una mirada que pondría incómodo a alguien.

“¡¡A callar!!” Kagami exclamó.

“¿Onee-chan tiene pareja??” Tsukasa preguntó.

“Anda, Kagami, no seas tímida y dinos quién es, ¿eh?” Misao presionó.

“¡¡¡¡SILENCIO!!!!” Kagami gritó “¡¡NO TENGO UN MALDITO NOVIO Y JAMÁS LO TENDRÉ!!”

Al pronunciarse esto, todo el grupo y todo el mundo empezaron a mirar a Kagami con los ojos como platos, cosa que ponía incómoda a Kagami. Kagami miró a su alrededor y se sintió muy avergonzada por lo del grito.

“Bueno...” Kagami dijo, algo más relajada “Ilumínanos el camino hacia el hotel, Ayano.”

“S-sí...” Ayano respondió, algo nerviosa.

Las chicas, después de un pequeño viaje en silencio, finalmente llegaron al hotel donde tenían que alojarse.

“Así que... Vamos aquí, ¿no?” Kagami preguntó a Ayano.

“Sí, según la ruta del mapa sí.” Ayano respondió.

“Venga, adentro.” Kagami dijo, y las chicas entraron en el hotel a través de la puerta de entrada (como es obvio).

El interior del hotel era de diseño japonés a la antigua (puertas deslizantes, suelo de madera...), y estaba muy decorado con jarrones, cuadros y platos de porcelana colgados en la pared...

La recepción estaba justo delante de la entrada, a muy pocos pasos de distancia. Las chicas llegaron a recepción. No había absolutamente nadie.

“Este... ¿Hola?” Tsukasa llamó para comprobar si había alguien por ahí.

No hubo respuesta.

“Creo que no hay nadie...” Yutaka dijo.

“Mira, ahí hay un pequeño botón con un cartel que pone ‘para llamar presionar el botón’.” Miyuki señaló el botón, que estaba en la mesa de recepción.

“A ver si alguien nos atiende...” Kagami dijo, y cuando ella iba a darle al botón, Konata, con gran rapidez, lo pulsa antes que Kagami. Al pulsar el botón se escucha el típico ruido de timbre, seguido de un “¡Ya voy!” de una voz de un hombre.

“Te gané, Kagamin.” Konata dijo con una sonrisota en la cara.

“A callar...” Kagami dijo.

Un hombre se acercó al lado inverso de recepción que las chicas. Sin duda era el recepcionista del hotel.

“¿Qué desean, señoritas?” El recepcionista preguntó.

“Deseamos alojarnos en este hotel durante este verano.” Kagami respondió “Tenemos unos diez vales que pueden servir.”

El recepcionista puso cara de pensativo y preguntó “Ustedes no serán por casualidad las ganadoras del concurso de tiro en la feria de Tokio, ¿verdad?”

Al oír esto, Kagami le entró en mente que cómo había conseguido esos vales. “Vale. Kuroi-sensei los consiguió en una feria, sin duda.” Pensó Kagami.

“Pues... Técnicamente nos lo dio nuestra profesora, como premio en el instituto.” Kagami explicó.

“¿Pero no habían varias ganadoras?” Preguntó el recepcionista.

“¿Cómo que ‘varias ganadoras’?”

“Me han dicho que ha habido varias ganadoras en ese concurso, pero vosotras decís que una de ellas os ha dado TODOS esos vales, ¿no?”

Kagami empezó a hacerse un lío. “Esto... No sé de qué me estás hablando... Se supone que esos diez vales nos lo dio una de ellas: se llama Nakako Kuroi.”

“Te lo sabes bien, ¿eh?” Konata susurró al oído de Kagami.

“A callar...” Kagami le susurró a Konata, nerviosa.

“¡Ah, el nombre de una de las ganadoras! ¡Muy bien! Podéis quedaros.” El recepcionista dijo, tomó los diez vales, se agachó y se levantó con cinco llaveros -una llave en cada llavero- en la mano y los puso en la mesa de recepción “Por favor, recuerden dejar las llaves en recepción cuando vayan a salir. Cada llave pertenece a una habitación. Muchas gracias por alojarse en este hotel, esperamos que sea de su agrado.”

“Esto... Bien...” Kagami cogió los cinco llaveros de forma inmediata.

“¿Dónde están las habitaciones?” Yutaka preguntó.

“Están escaleras arriba, cada llave tiene un número que pertenece a una habitación de ese mismo número; no tiene pérdida.” El recepcionista respondió.

“Venga, vamos.” Kagami les dijo a las chicas.

“Ahora el problema va a ser cómo distribuirnos en cinco habitaciones si somos diez personas.” Miyuki opinó.

“¡Ayano y yo iremos juntas!” Misao dijo, como siempre, optimista.

“Vale, Misao y Ayano van juntas.” Kagami apuntó “¿Quién se va con Miyuki?”

“Ah... ¡Yo!” Tsukasa respondió.

“Qué raro verte como voluntaria, Tsukasa...” Konata dijo.

“Bueno. Quedan 6 chicas para 3 habitaciones.” Kagami dijo “Patricia, ¿con quién te quedas?”

“Hiyori, ¿te vienes conmigo?” Patricia preguntó a Hiyori.

“¡Sí, claro!” Hiyori respondió.

“Yo... Me voy con Yutaka.” Minami dijo.

“Iwasaki-san... ¿De verdad?” Yutaka preguntó.

“Sí...” Minami respondió.

“Vale. Yo voy con...” En este momento, Kagami miró a Konata, ruborizada “...con Konata...”

“¡Yahooo!” Konata exclamó de alegría “¡Yo iré con Kagami-sama!”

“¡Ya vale! Déjame repasarlo todo, a ver si lo he entendido todo... Ayano se va con Misao, Miyuki con Tsukasa, Hiyori con Patricia, Minami con Yutaka y yo con Konata.” Kagami repasó “¿Me dejo algo?”

“¡Está todo al cien por cien!” Patricia respondió.

“Vale, muy bien. Ahora toca descansar un poco. Nos vemos.” Kagami dijo.

Dicho esto, cada pareja de chicas iba con su respectiva habitación.

Kagami y Konata abrían su puerta, entraban en la habitación, y cerraron la puerta, dejando la llave dentro, eso sí. Kagami y Konata soltaron sus maletas, dejándolas caer al suelo.

La habitación era un poco amplia, para ser de un hotel. Había lo básico: una tele, dos camas, un armario empotrado, un escritorio y el cuarto de baño.

“Ahhh... Por fin aquí, en donde debemos estar...” Konata dijo alegre, algo sorprendida por el aspecto de la habitación “Nunca he estado en una habitación parecida, ¿a ti que te parece, Kagami-sama?”

Cuando Konata giró la cabeza para mirar a Kagami, vio a ésta tumbada en una de las camas boca abajo y estirada. Eso era señal que estaba muy cansada.

“Jejeje... Ahora sé por qué Kagamin quería ser muy rápida en Recepción...” Konata se dijo para sí misma.

De pronto, se sacó su móvil del bolsillo para ver la hora que era.

“Mmm... Las cinco en punto de la tarde.” Konata dijo “¡Hora de comer!”

Konata sacó de su maleta la concha de chocolate de relleno; su postre preferido. Se dejó caer en la otra cama, que estaba al lado de la cama de Kagami. Konata no pudo evitar observar la cara de Kagami dormida. Se dio cuenta de lo hermosa que era cuando estaba dormida.

“Ohhh... Qué mona es Kagami cuando está dormida...” Konata dijo.